DQttCaGRáPXGAl.
DE LOS
DEDICADAS A LAS CLASES PRODUCTORAS
por
PEEN AND O GARRIDO.
La felicidad década uno. no puede
ser masque el resultado de la felicidad
de todos.
El que íiileiite salvarse sólo se per-
derá el primero.
Buscad el reinado de Dios y de su
justicia t y lo demás, sustento^ vestido
y casa se 05 dará por añadidura.
Jesucristo.
'x
ti
Precio * refticíi.
j. x jt
MADRID;
-t
CU ESTA , MONIER , R AYLLTÉÍlí:*
. v"
■N I
^ >
X
V
X.
Leuidai Iniprcntti y LibiciÍR uu jóse
I.SfWi.
' ‘'n.-
SOE.
I
i
I
INTRODCCCION.
lias clases productoras son el sosten de la sociedad, son la so-
ciedad misma, pues sin ellas no hay sociedad posible .
Siendo esto tan cierto, que no puede ponerse en duda
por ningún hombre de mediano juicio, ¿no parece lógico que
la instrucción, la riqueza, los derechos políticos, todas las ga-
rantías y consideraciones sociales se dieran á aquellos á quienes
la sociedad necesita mas, sin cuyo trabajo no podría existir?
Sin embargo, no sucede así: lejos de eso, trabajador y pobre
son“sinónimos, y hasta pertenecer á esa clase, para estar es-
cluldo de lodos los goces, derechos y consideraciones, prodiga-
dos á manos llenas á los que viven de esplolar la sociedad.
Hoy , como hace dos mil años, el trabajador es esclavo de los
hombres y de las cosas; produce, puraque oíros consuman; da
sus hijos^ para la defensade unas leyes hechas contra él por sus
opresores, y vierte su sangre, para conservar la independen-
cia de una Patria, en que vive esclavo, en la que no le perte-
necen masque seis pies de tierra, eí dia en que deja la pesa-
da carga de su vida.
Esta horrible injusticia, que no podría concebirse si no
fuera im hecho prolongado desgraciadamente durante miles
de años, ha pasado por diversas fases. Al principio, la sociedad
se dividia en casias ; una de trabajadores esclavos, otra de
consumidores libres. Después la forma de la esclavitud se mo-
diíicó; va no hubo castas condenadas fatal y esclusivamente al
trabajo V h la esclavitud, hubo lucha, y los vencidos fueron
trabajadores y esclavos de los vencedores, fjue no liacian mas
que consumir y guerrear para aumentar el número de los es-
clavos que trabajaban para ellos.
Modificado después profundamente en la edad media, el de-
recho de la fuerza v de la conquista, se transformó en servidum-
bre la esclavitud de los trabajadores. Enirados mas larde en el
régimen de libertad y de igualdad, proclamados por la civili-
zación moderna, la servidumbre fiié reemplazada por el Prolelo-
riado ó esclavitud indirecta. Hoy no hay ya esclavos ni sier-
vos, pero hay Proletarios que liabajan y no consumen ; que
nacen, viven y mueren en la miseria, esclavos del primer amo
que les depara la suerte.
En este nuevo régimen, que es para las clases productoras,
un progreso mas moral que electivo, relativamente á su con-
dición anterior, la esclavitud mas disimulada, pierde el carácter
odioso de la violencia, parexe uno acto voluntario y puede siice-
tler,coiiio eii efecto sucede aíguna ve/ , que el rico de ayer,
pobre hü^ , entre eu la masa de los esclavos que buscan amo á
Iriicque de un pedazo de pan , y que el trabajador [de ayer,
rico Iioy por un azar de la suerle, pertenezca á la piávilegiada
familia de los que viven del trabajo ajeno.
asegurar
AI consumarse la evolncion política que emancipo í
aboliendo los derechos feudales y señoriales, empezó una san
grienla lucha, que dura todavia, y
al Pueblo, el goce de sus derechos y tiDeriaaes, emancipi
dcl Proletariado, última fase de su esclavitud. A pesar de las
allernalivasdel cómbale, los pueblos han concluido siempre por
Iriunrar, pero no han sacado minea las ventajas de sus victorias.
Los mas avisados y diestros, los que en el régimen ante-
rior habían podido alcanzar instiaiccion ó capital, ó ambas co-
sas á la vez , han esplolado esclusivamenle las victorias del
Pueblo, cuya condición no lia variado á pesar de sus Iriuu-'
fos.
Mas de veinte mil millones de propiedad desamortizada y
por desamortizar, piopiedad que de derecho debe pertenecer al
Pueblo polire, que por el mero hecho deserlo, podía probar í[ue
habla sido el despojado, ha sido , es y será eu la próxima y en
las filiaras desamortizaciones, acaparada por los ricos, lo que
aumentará, no lo niego, la riqueza nacional pci‘o también la mi-
seria del Pueblo.
Los derechos políticos por cuya conquista han vertido las
son V sci'án
....scs
auac
s SU generosa sangre,
acaparados por los que tienen capital , estalilecicndo el censo
electoral, la (farmüía de pagar conlrihnciün ó casa (fue no me-
rezca los nomlires de clioza o de boardilla.
Lo mismo decimos déla imprenta, cuyo uso no es permi-
tido sino al que ponga un depósito de mas o menos miles
de duros para jioder verter sus ideas en un jicriódico. Agregad
las trabas ¡mes tas á la enseñanza y la negación de los de-
recliüs de reunión y asuciacioii, y tendréis una ligerísima idea
de las ventajas oble, tudas por las" clases trabajadoras, en las re-
voluciones verificadas ha.sta ahora por ellas.
Estos lieclios son vina [jrueba irrecusable de (luc la revo-
lución no ha aproveciiaxlo hasta hoy al Puciilo fraliajador; y
de que, saLisíochos como va lo eslan en sn mayor parte los
espbjtadorcs de las revoluciones, e.slüs son, fuera dé algunas ('s-
cepciones honi'osas, los primeros en oponerse á las justas de-
mandas de las clases trabajadoras, los primeros á formar en
las filas déla reacción. Altrns convertidos en Jesuilas, descami-
sados trocados en !)ai)q!ieros, soldados d(‘ la rtnolucion trams-
Iqrmadosen generales realistas, tribunos del pueblo descen-
didos a ministros
cion, estúpidos, egoisLas e mgraios para con su generosa ma-
dre, la vuelven la espalda despreciando al Pueblo ; y olvidan-
do lo pasado y no viendo nada en el porvenir, se agrupan al
a
de un trono carcomido , creyendo garantizar a su
sombra .sus privilegios y su riqueza, adtfuiridos j'Gvolucionaria
■ 1 1 1 ' ’i 1 I i'i I í ^ 1 ■ 1 I 1 .1
I * n « ijiu I m I oi.íii in_/V enemigos a
polacos furibundos. Lo mismo jmede decirse de los generales
(|ue han peleado por la Libertad, de los escritores y oradore.s,
(]uc en alas de su impularidad, han llegado á las mas ídevadas
posiciones sociales y políticas. Y ¿qu(‘ diremos de los banque-
ros? ¿ De esas sanguijuelas flacas y escurridas al empezar la
revolución y lioy tan gordas como macilento el Pueljlo, cuya
sangre han chupado?
Entre todos esos fariseos no se encuentra un adarme, un
átomo de amor al Pueblo, yapai cntan creer con la mejor bue-
na fé,qnc eslriijéndolo por cuantos medios lc(}aks están á su
alcance, (jue no son pocos,
justa, por la
r 9- t ir r - -
El triste resultado de esa ingraliiud, de esa ceguedad de los
liombres encumbrados norias rcvolucifjnes , es engendrar en el
Pueblo nii odio profundo, no solo contra ellos, sinoconlra todos
los que poseen y miran con desden ó indirerencia su desgracia-
da suerte, y apartar á estos délas masas y de la revolncion, del
progreso, í|ue debe api’ovecbar á todos.
Que se persuadan de ello los ricos, a ((uienes carlistas y mo-
derados pugnan por .reparar déla senda (leí progreso. Elíírdcn,
la paz (¡110 anhelan, la segura y Iraiupñla ])ose.vion de sus ri-
quezas son impusililes, mimúras lo sociedad fundada en bas(?s
mas i lisias, y ¡lor lo lauto mas sólidas, no abra sus brazos fra-
ternales á los desheredados de la fortuna, á esos parias comle-
nados por las ini([indadcs de una sociedad bárbara y nionár-
qnica, que tan duramen le pesa to(.la vía sobre nosolros,a
á vcjclar, á arrastrarse en la miseria.
Íícparándosc de los enemigos del Pueblo, de los carlistas y
reaccionarios, de cualquier matiz que sean ; poniéndose al
frente del gran partido de la reforma, y marcliaiido delante de
las masas dispuestas a satisíactu* sus ihu odios, a gaiantizai sus
libertades, las clases acomodadas se libraran de los peligros a
que se verán espueslas en la inevilalile catástrofe de esos par-
tidos comí ¡itorcs e inmorales, aseguraran su.s posiciones \ sus
forluuas, v lo (juc vale ma.s todavía . las bendiciones ^ d anuir
de los piiídilos, a (juienes ha.bran ayudado a lucjoiai de cimdi-
cion, á cmarciparse de la opresión, de la ignorancia y de la
mis('Via, de (fiic hoy son vídimas.
i.os deberes (leda fraternidad deben sor mas sagradlas para
los que, por su instrucción y su riqueza, pueden mas fácilmen-
te comprendidos y cumplirlos. , , , . ,
Lo que decimos á las clases acomodadas lo rcqielmu^s a la
liivcntuc.
í,a jiiveitlud esluilio.-a. r.sa nueva generación que, apro-
vediáudose de la IVuiuiia de sus padres, se lanza á la.s caí rcj';^-^
fifiiíificas, y de cuyas filas saldrán las legisladores y los gran-
des políticos del porvenir, tiene el deber de trasmitir al Pueblo
pobre sus conocimientos, ya que la sociedad, con injusticia
ciega, le niega la instrucciím.
La juventud que por su í'e, su entusiasmo y su ciencia
está llamada á ser la vanguardia del progí’eso, ei paladión de
la libertad, debe buscar su apoyo on el Pueblo, preparándolo
por la instrucción, para la grande obra do la deslruccfon del
viejo edificio del pasado, mezcla ruinosa y repugnante de con-
venio V de cárcel, de palacio v de cuartel" de presidio v cíiida-
déla.
¿Cómo sin limpiar la tierra do ios negros restos de esas odia-
das instituciones, podréis levantar el magnífico alcázar del Pue-
blo, ese ideal de justicia, deamory libertad, que entreveis en el
orizonte al través de los escombros que obstruyen el camino?
Solo cumpüeiido con este sagrado de]}er, se librará la juven-
tud de la desdichada suerte que ha sido cJ lote do las genera-
ciones que la han precedido en esta centuria sangrienta. Si
falta á sumisión, si abandonando la santa causa deí Pueblo, si
seducida por el falso brillo, por el inseguro poder de los opre-
sores, se aparta del buen camino, ella, y mas larde sus hijos,
sufrirán las consecuencias de su error" Comprimiendo eil su
creadora mente el pensamiento , ahogando sus generosas aspi-
raciones, contrariando sus senliinientos, pagará sus servicios la
reacción. Entonces sufrirá crueles remordimientos al verse
cómplice de los que esplolan la miseria y la ignorancia del Pue-
blo; temblará liori orizada ante ei oscuro porvenir que prepara-
rá a sus hijos ,y ante la voz terrible del Pueblo, quien acusán-
dola cíe sus desgracias la eslerminará con sus opresores.
Pero no.solros conocemos á la juventud v no tememos su
deserción de la noble y justa causa det Derecho v de la Libertad.
¿Cuando la juventud, que no conoceel egoísmo, ha deiado
de combatir por las causas grandes vjnslas, sin pararse á con-
tar el número de sus enemigos?
No es solo su interés, es su corazón quien la lleva al supre-
mo combate que decidirá definitivamente en nuestro siglo, si los
pueblos han de ser libres o esclavos, si el bien es posible sobre
la tierra.
Las clases acoinodaclas y la juventud, eslan tan inleresadas
conloe! Pílenlo Ualiajadoi’, como las clases pobres, en el triunfo
de esa revolución que tan ardiciUemenlo esperamos v que es
el complemento indispensable de la evolución política ele la ei-
vilizacian moderna.
Lse triunfo es infalible, sin ol las revoluciones anteriores se-
rían estériles y no tendrían razón de ser ni lógica, v .. nonos
ransaremos do repetirlo, entiéndanlo bien lodos los ciue se asus-
tan délas leeoluciones ; hasta que se consume esa gran revo-
ncion europea, que debe coronar las anteriores, emancipando é
las clases trabajadoras de la ultima y penosa fase de su escla -
vitud, no esperen para la sociedad paz ni reposo. La revolución
latente ó patente, la guerra , con todas sus variadas formas,
crímenes v horrores, incendiará las ciudades v asolará los cam-
tit ^
pos. Las necesidades sociales , una vez sentidas, son como las
pasiones del hombre, con.^piran, se agilan y luchan hasta verse
satisfechas. Pero si el siglo XIX, si la generación á que perlc-
necemos, han deasislir al sojprendcnle especláculo clel Iriunfo
universal y delinilivo de la ilusliacion sobre la ignorancia, del
derecho sobre el hecho, de la hherlad so])re la esclaviliid, es
necesario que las clases Iraba jadoias, á quien esa gran revolu-
ción debe emancipar, adquieran el conocimienlo de sus dere-
chos; que iluslradas sobre sus verdaderos intereses no sean
mas el juguele ni el ciego instrumento de sus mismos enemigos.
Es preciso que abandonen de una vez para siempre las viejas,
sucias y ensangrentadas banderas del íanalismo clerical y déla
esploladera monarquía, por las que tan lorpemenle han vertido
su sangre, on cambio de cadenas y de ignorancia.
Es necesario que comhalan p'ur su propia cuenta, por sus
sus intereses, por sus derechos, por su emancipación, por le^
gar á sus hijos una siierle digna de criaturas racionales y pen-
sadoias, y sobre iodo, que elevando su inteligencia mas allá
de hi reducida esfera de sus intereses individuales, piensen
antes f{ueen su propia suerte , en la emancipación de todos los
oprimidos , en la libertad de sus hermanos, los ciue gimen
bajo el vugo de hieiro de los despolas de Europa; porque
su libertad no puede ser mas que el resullado de la liber-
tad general, ni otra cosa su bienestar que la consecuencia de
la feilcidad de lodos.
Pero si el Pueblo ha de ver salísfechos sus derechos y ga-
rantidas sus liberiatles, que son las libertades de la sociedad
entera, es necesario que las conozca; que el instinto que
siempre le ha llevado á defender desinteresada y espontánea-
mente las causas (lue ha crcido juslas, se transforme en clara
V profunda convicción.
Es indispensable que el Pueblo se instruya: la instruc-
ción, es la condición necesaria cic su eniaucipacioii política,
como esta lo es de su emancipación social.
Sin la conqnislade. los derechos polilicos, las clases tra-
bajadoras no alcanzarán nunca sus dercudios sociales.
La conquista de sus derechos políticos supone la derro-
ta de sus adversai’ios, v entonces no se piden, se decretan los
derechos sociales, de los que nunca han gozado mas que los
vcncpciorcs#
Sus derechos políticos los han de conquistar insíruyéndo-
se , con sus virludes, con su unión, con su valor, que no de
otro modo podrán alcanzarlos.
Si en las clases acomodadas ó inslruidas tienen parlidanos
sinceros v ardientes estos, por desgracia, son pocos. Muchos
de los qííe se npeilidan defensores de ios derechos del pueblo.
8
no son mas que explotadores de sus opiniones, hombres para
quienes la política es una carrera, como lo era en otro tiem-
po la de fraile ó la de cortesano. Desgraciadamente hace me-
dio siglo no vemos mas que aposlasías que justifican nues-
tras palabras.
Por eso, conociendo la urgente necesidad de la instruc-
ción de las clases tralrajadoras , y deseando contribuir á
ella, siquiera sea con el exiguo contingente do mi inteligencia,
publico y les dedico este pequeño libro, en que he procurado
reunir las nociones elementales mas claras y ])recisas sobre
sus derechos y sobre los principios democráticos, culos que
se encierra el porvenir de la sociedad moderna.
Que mis hermanos los trabajadores, ios que como yo, su-
fren, Irabajan y esperan, lean y encuentren en este fo-
lleto algo que reanime su esperanza, y les haga confiar en el
triunfo de la Justicia y de la Libertad sobre la tierra v
habré alcanzado la única rcí^ompensa á que a^spiro escribiéndolo"
1 .
DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL HOMBRE.
Pregunta. ¿Que se debe entender por derechos del hombi^?
Respuesta. El hombre al nacer trae consigo el derecho de
desarrollar libremente y conforme (i las exigencias de su na-
turaleza , las facultades físicas , morales é intelectuales que
constituyen su ser. Estas tres facultades se revelan en necesi-
dades y "actos, cuya satisfacción y ejecución constituyen otros
tantos derechos, qíie no pueden "dejar de satisfacerse ni tienen
mas restricción que el respeto al derecho de otro.
P. Hacedme si gustáis una esplicacion de cada uno de
esos diGrcclioSti
R. El hombre tiene la facultad de pensar ; la necesidad
de manifestar v de realizar su peiisandenlo v de aquí nacim
los derechos ele LIBRE EXAMEN y de LIBERTAD DE
ACCION , que en la lengua política, se descomponen en ios de
LlUEUTAl) DE CULTOS, de ENSER \1SZA, dC ÍMVIIEISTA, de lUiUNION,
de ASOCIACION, de industria, y de comkucio
El hombre, como miembro de la sociedad, tiene los ücie-
chosde intervenir directamente en el nonibramicnlo de la <u -
ministracion pública, asi Municipal como Provincial, Nacioiij
Conlmental y Universal: sancionar sus acuerdos, o leyes, v tob
(le libre defensa, v ser juzgado por sus iguales.
El hombre tiene la necesidad de convservar su vida, necc. i
dad que engendra los derechos a la asisti-ncu , a la instrucción
v al tVarajo, del que nace el derecho ¿cpropiedmi
■facción de cada uno de estos derechos corresponde un dehei
por parle de la sociedad para con el hombre.
P ;Qué se debe entender por derecho de libre exanmii .
R Él derecho de manifestar nuestra opmion o juicio sobre
todas las cosas y personas, en cualquiera forma, sm escepcion
ni sujeción á ninguna ley. .
P. ;Oue debemos entender por libertad de cultos
r'. Er derecho de adorará Dios en la 1 orina y modo que
cada uno crea mas conveniente, sin intervención de la auloii-
dad ni entender por libertad de enseñanza?
R ^Ei derecho de instruir, ó de Irnsmilir nuestra ideas o
ronocimienlos, á lodo el que
R 'iil deS de imprimí, • V I,ul,liear nuestras ,d.;as y
opiniones sobre cosas Y personas, Iflrremenle, sm deposito ni ecli-
Z responsable, sin su,iecioná leyes, censores ni aiibindades.
P ; Ovic se debe cnteuder poi dcicciio di. icunion .
R Érderechoque tienen todos los individuo.'^ pava reunnsc
padficalnentcroino y. -liando lo crean necesario, sin pedir per
miso a nadie. pniender |)or dereclio de asociación?
10
R. El derecho que tienen lodos los individuos para aso-
ciarse con cualquier objeto, que no sea criminal, en eLmodo y
forma qne creyeren oportuno.
P. ¿ Que se debe entender por libertad de tndusiria?
R. El derecho de ejercer cada uno la profesión, arle ü ofi-
cio, que esté mas conforme con sus inclinaciones é intereses,
sin previo éxámen, titulo ni licencia déla autoridad.
P. ¿Qué se debe entender por libre cambio ó libertad de
comercio?
R. El derecho de comprar, vender, transportar y cambiar
la propiedad ó los productos del trabajo, sin trabas fiscales,
aduanas ni registros.
P. ¿Que se debe entender por intervención directa en la
ad m i n is ! ra ci on p ú b l i ca ?
R. El derecho que asiste ¿i lodo miembro, mayor de edad,
de nombrar á los individuos que deben administrar la socie-
dad, y el desancionar sus acuerdos V leves. El suFfiAcio uni-
versal y LA. SANCION DE LAS LEVES POR EL PUEBLO
satisfacen este dei echo.
P. ¿ Qué debemos entender por libre defensa ?
R. El derecho de defenderse uiioá sí mismo, ó de ele¿?ír
deíensor en cnalcjuier pleito ó causa criminal.
. P* ¿ Q^ié debemos entender por ser juzgados por nuestro
Iguales? *
R. El derecho que tiene el Pueblo de administrar justicia
por Si mismo, nombrando sus jueces. El Jurado garantízala
practica de este derecho.
¿ Queréis presentarme reunidos todos los derechos del
nombre?
R. líelos aquí :
libertad.
I Liberlad de cultos,
DERECHO DE LIBRE EX.ÁMEN. \ dc en.sGilanza ,
( de imprenta.
i Libertad de reunión,
I de asocia (‘ion,
dc industria,
de comercio.
LIBERTAD DE ACCION
IGUALDAD.
Derechos in-
Intervencion directa
en la adininislracion
pública.
Ser juzgado por sus
iguales.
1 Sufragio universal.,
5 Sanción dc las leves
( por el Pueblo^
t Institución del
] Jurado.
Derecho de libra
defensa.
FRATERNIDAD.
Derecho k l.a conserva
CION DE L.A VIDA.
Derecho ala asis-
tencia,
á la instrucción,
al trabajo,
ala propiedad. I
Deberes de la
sociedad para
con el indivi-
duo.
Las leyes no deben tener otro objeto que garantizar á todos
los Ciudadanos la sati.sfacciou y práctica de todos sus derechos.
Los ¡derechos del hombre son imprescriptibles , inaliena-
bles, como partes conslilulivas del ser, ó como sus legítimas
consecuencias; y no pueden dejar de satisfacerse ni sepes-
Iringidos, sin restringir la vida en alguna de sus nianilesla-
ciones , sin deformar al hombre física, moral ó intelectual-
lílGültít
De ia negación de cualquiera de estos derechos, nacen vi-
cios Y crímenes individuales y sociales, que producen efectos
contrarios á lo.s bienes ([ue resultan de su reconocimiento y
Nefando el derecho dc LIBRE EXAMEN, y los qne de él
se ciernan, se estancan las ciencias, las arles é industrias, ali-
mentándose errores, que solo la libre discusión puede destruir,
aho'^ándose en gérmen el pensamiento humano, íuente ina-
gotable de adelanto y perfeccionamiento. ,
Ne^nindo el derecho dc intervenir directamente en iaadmi-
nís ración pública v de sancionar las leyes , se da vida á pri-
viie^ios, á oligarquías aristocráticas novilianas, mihíares cle-
ricaíesv bursátiles, á dictaduras y al despotismo. Tras de es-
tos males vienen las conspiraciones promovidas por las ambi-
ciones desenfrenadas por el mal ejemplo, y las revolucjones
que los Pueblos se ven obligados á emprender paro limarse de
o TI
Nefando el dereclio á la asistencia , el egoismo se levanta
romo nn espectro terrible á romper todos los vinenios socia-
les los mas dulces lares que míen al hombre con sus seme-
iantes transformando los sentimientos del amor, de la familia
vdelá fraternidad, en mala fé. en hipocresía, en doloein-
fUferencia por los dolores ajenos.
Nc fiando el derecho á la instrucción , que es el sustento
del ahua, se alimenta la ignorancia, laguna pestilente empon-
zoñada de funestos errores, superstición y lanalisniq, que hacen
descender al hombre al mas degradante embrutecimiento.
Ne^'^ando el derecho al trabajo, se tiaiisloima en nn pievi-
legio odioso el derecho de propiedad, v se eng
•a la mi
seria con su repugnante acompañamiento de vicios, crímenes,
odios enfermedades, cárceles, tribunales y verdugos.
Así la negación de cada uno de los derechos del hom-
bre , es una cansa incesante de niales que nacen unos de
il
oíros, ligándose en una íonnidablo eadena, cuyos eslabones
son ías páginas de la liisloria de las desgracias de los Pue-
blos.
P. ¿ Porqué causa no se respetau los derecbos del hom-
bre, pueslo que su práciiea transformaría en 1) i enes los ma-
los que deploramos?
R. Porque los Pueblos vegetan bajo el yugo de reyes y
de sacerdotes que viven de esplolar su miseria y su ignoran-
cia, y hacen los csíucrzos mas inaudilos para’ que los Pue-
blos no lleguen á conocer sus derechos ; pues temen, con ra-
zón, que cuando los conozcan no podrán seguir csplolándolos;
y porque cuando los Pueblos cansados de sufrir han derriba-
do á sus opresores, no creyéndose bastante ilustrados para go-
bernarse por sí mismos, lian delegado la honrosa tarea de
consolidar su Libertad v de garantizar sus derechos, á imhé-
■ ' i*-" f
ciles ó traidores, quienes en lugar de cinuplir su sania misión
correspondiendo á la confianza que en ellos deposiláraii los
Pueblos , han vuelto k levantar los viejos ídolos, y con ellos
opresión, dictadura v
P. ¿ Qué deberán hacer los Pueblos para ver asegui’ados
sus derechos y libertades?
R. Instruirse, á fin de aprender ágol)cniarse por sí mismos,
y negar obediencia á toda Ley, poder ó autoridad, que no
emanen de él ó que ataquen sus derechos y liherlacles.
P, ¿ Y si la ley , el poder ó la autoridad , son legales y
están legítimamente constituidos?
R. Las leyes, la autoridad ni el poder, no son legales ni le-
gítimos, sino cuando emanan directamente del Pueblo, v tic-
nen por objeto gajantizar á lodos los Ciudadanos, el goce de
sus aer
V libej tades.
Cuando autoridad, poder ó ley no emanan directamente del
Pueblo, ó aunque así sea, coartan 6 dificultan la práctica de ]a
libertad y la satisfacción de los derechos individuales, enton-
ces ii i la autoridad es autoridad, ni el poder, poder, ni lali'V,
ley : no son mas que la í'uerza, la superchería, ó i'l capriclio
de pocos ó muchos, imponiéndose á los demás, y estos no
dehen negar obediencia á lales le ves, autoridades ó poderos, í
que tienen el deber, Ja obligación de rebelarse contra ellos , de
volver por sus derechos desconocidos y menospreciados. í.a
obediencia tm tal ca.so seria el con.senlimionlo de la propia
esclavitud, última bajeza a que puede descender el homlne.
Esto sagrado deber no se lia de ejercer soíaiiíenlc cuando el Giu-
dadanq vea atacados sus derechos y 1 i borlados, debo ejercerso
en deíensa de Jos dciecbos y libertades de cualquiera otro
hombre sin distinción de raza, religión, pueblo ni hmgua,
porque todos los hombres son hermanos, porque son idén ticos
sus derechos, y porque el ataque á los derechos dei uno, es
una amenaza, para los de loílos.
í.a>s que por egoistiio vean con iiidilercii*‘ia el despojo de
otro, ¿qué derecho tienen para quejarse cuando sean ellos ios
^ Me habéis espllcado los deberes de la sociedad para
con con el individuo y los derechos del hombre. ¿Cuales son
los deberes del Ciudadano para con sus semejantes, y para
con la sociedad? . i • i , •
R. El hombre tiene el deber de contribuir al sostenimien-
to de las cargas sociales ó gastos públicos, con una parle propor-
cionada á su riqueza. , , , , I
Tiene el del)er de defender los derechos de sus concuiua-
danos V los de la sociedad, si se vieren amena^dos.
Tiene e! deber de oliedeccr , de observar y hacer observar
las leves iuslas, v de respetar y hacer respetar á los encarga-
¡ks poiMÚ PuebícUe luicerlas cunq^
Tiene el deber de amar á sus semejantes ; de practicar
* 1
X * I 1 ^ ^ J'm M \
Estos son los dclieres quo la sociedad licne derecho a e\igii
del hombre v que el hombre debe cumplir , siempre que la
soúedad hava" empezado cumpliendo los suyos pura con el.
En efecto si la sociedad , madrastra cruel , en liisai di
roriñosa madre , abandona al nii'io cnlrcgandolo <i todos los
3i“ras Y horrores de la miseria, y falta á su misión sapada
l providCTcial de preparar su ciippo y su alma Po>
innin V la instmcciou parad Irabajo y a la piaciitaae
viiíudes sociales, ; cdiiio tendrá después derecho para e\i-
S- (ll ¿1 que reconozca, obedezca voluntariamente las leyes,
míe practique couvenieutemepc sus derechos, ni qucstsaui
fique, SI nuusc_ id.;.Kroínn nlvsnlnlos : no es la sociedad.
" T ni? derechos del hombreson ausoluios : no cs la S'
’ . 1 . nnSza la que da al liomlire la facultad de jiensar,
H^pcpsi'd'id de vivir y d derecho de unirse y asociarse con
skiafer^ la vida. La sociedad no puede, pues . quitar al
''“"R IldiSifhomlre para con )a sociedad son relali-
nAnen ii existencia de una sociedad que, niadie can
vos, '^,(5 deberes de amor y fraternidad para con
Ss sus soló cíi este caso es imprepnáptiblc para el
lioiÓbie el cumplimiento de los deberes sociales.
II.
LA REPÜ15LICA DEMOCRÁTICA
\
P. ¿Qio
¿ se debe pnlender por RlíPÚBLICA I)L,'
A
I Tp\ ii’PhFllAL universal? , .
' \ El fiobiernó directo de! Pi.ebio por si iiii.smu.
Federación de lodos lo.s pueblos.
la
u
La República democrática , federal , universal , tiene por
base la soberanía individual, origen de todo el derecho:
Por objeto, el perfeccionamiento moral y material del
hombre :
Por medios, la igualdad, la fraternidad, el trabajo y la ilus-
tración :
Por garantía , la federación de todos los pueblos reunido.s
en una imperecedera fraternidad, que hará imposible el re-
nacimiento de los tronos , con sus odiosos privilegios, mono-
polios, ejércitos, cindadelas y cadalsos.
La República Democrática Federal y Universal es la ins-
titución llamada, por la inüexible ley del progreso, á poner fin
á el horrible fraccionamiento de las instituciones monárquicas,
feudales y semi-bárbaras , que dividen todavía los pueblos
por la fuerza, como rebaños encerrados en sus rediles.
P. ¿Qué se debe enlender en el sistema Republicano por
administraciones Municipal, Provincial, Nacional, Continental v
Universal, de que habéis hablado antes?
R. La administración Municipal corresponde á los Avunta-
mientos, queenun sistema verdaderamente repubi ¡cano, '^deben
ser nombrados por lodos los vecinos de cada pueblo, quienes se
reservarán además el derecho de aprobar sus acueraos ó dis-
posiciones, sin cuyo requisito no se obedecerán ni serán le-
gales.
La administración Provincial, es ala Provincia , lo que el
Ayuntamiento al Pueblo.
'' Laadminislracion Nacional, es á la Nación, lo que la Pro-
vincial á la Provincia.
Laadininisíracion Gontincnlal, es al Conlinenle, lo que la
Nacional á la Nación.
La administración Universal, esála Humanidad, loque la
Continental al Continente.
La administración Municipal, no se ocupa ni interviene
mas que en los intereses puramente locales.
De los esclusivamente Provinciales, la Provincial:
La Nacional de los csceucialmcnle Nacionales:
De ios Continentales, Ja Continental:
De los esclusivamente Universales, Ja administración Uni-
versal central.
Ninguna de estas admini.sí raciones tiene autoridad poder
ni derecho, para inlci’venir en las funciones de las otras eslen
mas altas ó mas Jjnjas en Ja csierade las públicas administra-
ciones, m paia coharlar en Iq mas mínimo la piáctica v satis-
facción de los derechos individuales y sociales de los Ciudada-
130S *
P. Poiqué Ilamais ÁdiuiuistTficioncs v no Gobiernos á las
corporaciones que constituyen la autoridad ?
R. Porque en un sistema poli lico que 'tiene por base. los
deiechos y Iiberlades individuales, la SOBER.\NIA DEL HOM-
«=ts=-
BRE; la autoridad, el poder residen en el Pueblo , y los Ciu-
dadanos, á quienes nombra para ejercer los cargos públicos,
son solo administradores , que nada pueden mandar por sí,
que no son sino agentes encargados de hacer cumplir, en lugar
ae sus propios acuerdos, como ahora sucede, los acuerdos del
Pueblo. En una palabra, el Pueblo no delega su Soberanía,
se gobierna por sí mismo, los administradores no son masque
los ejecutores de su voluntad.
P. Nunca hasta ahora había oido hablar de administracio-
nes, Continental ni Universal de que antes habéis hecho men-
ción, ¿Qué quieren decir esas frases?
R. La especie humana aspira ala Unidad, á constituir un
solo Pueblo, una sola familia de hermanos. Todos sus esfuer-
zos tienden á ese resultado final y glorioso. Las ciencias, las
arles, la política, las religiones^ la iilosoí'ía , lodas las mani-
festaciones de la inteligencia, todos los actos individuales ó
colectivos del hombre y de la sociedad, demuestran de una
manera indudable, c¡Lie"la unidad déla especie humana es una
de las condiciones providenciales de su destino terrestre.
Pero la humanidad no adelanta en esa carrera sino paso á
paso , gradualmente. Su primera unidad social nace en la
choza dcl Patriarca , en la tribu errante que lija definitivamen-
te sus tiendas para cultivar la tierra; después bicne el Pue-
blo la Ciudad; mas tarde la Provincia, reunión de pueblos;
lue^o la Nación, reunión de provincias ; después el Imperio
reunión de naciones. Eslas unidades sociales progresivas,
han sido creadas para satisfacer las necesidades y deseos de
acuerdo y unidad , siempre crecientes en la especie humana.
Pero estas unidades se han producido y sostenido luchando
contra las unidades rivales, que impulsadas por la mllexibie
lev del progreso, han aspirado siempre á constiUiir uniüaaes
superiores. Mas la fuerza se ha declarado vencida e impo-
tente siempre que ha aspirado á crear la gran unidad de las
naciones v de los imperios bajo el dominio de un solo hombie.
Sandro, Cesar, Carlo-kagno, Garlos V y Napoleón,
que han pretendido reunir loda.s las naciones bajo sus cetros,
nn han podido verificarlo.
Hoy no necesita demostración la idea, de (jue para pio-
ducir ésta unión superior y definitiva de los puch os, sene
cesila la cooperación de todas las vohmlades movidas por sus
sentimientos , necesidades é intereses. , , i
Desde el raoniento en que las monarquías se han declara-
do impotentes para constituir la unidad Europea, \ que no
han podido existir sino por la opresión , por la negación e
las libertades individuales, cuyas aspiraciones tienden ins
tinlivamenlc á realizar esta fusión de todos los pueblos, la?»
monarauias se han transformado de elementos de progreso en
^3e reacción ; y lodos los adelantos que hoy tienen lu-
gar, .son otros tantos golpes dados por la Providencia sobi i la
16
vieja eonsL i t lición monárquica de la Europa.
Los supuestos^ derechos de los reyes son incompatibles con
los dercciios individuales, coala unidad federativa de las na-
ciones y de los Continentes.
La fuerza invencible de la Democracia consisle en que solo
ella es la gen u i na espresion de la nece.s¡dad de estas nuevas
unidades sociales, cuya constitución reclaman hoy imperio-
samente las evigencias de la civilización y del progreso.
La Europa al derribar deíinit.ivamchte los viejos tronos
carcomidos, restos de la conquista, constituirá iTiniediatamcn-
tc la Federación Democrática ó ADMINISTRACION CEN-
TRAL del Continente Europeo, objeto de la próxima revolu-
ción, y lérmino de la evolueion política, cuya última face em-
pezada en Francia á últimos dcl pasado siglo toca ya á su fin.
A medida que los diversos Continentes que componen el
mundo vayan, impulsados por los progresos de la civilización,
constituyendo sus respectivas unidades, ó administraciones con-
tinentales, irán uniéndose á los que ya las hayan constituido,
formando asi la gran adminislracion Federativa Cniversal, de
la que resullará Ja unidad de la especie humana, por la Li-
bertad y para la felicidad de cada uno de los individuos que
la componen.
P. Sin duda es brillante el porvenir que suponéis nos es-
pera, pero me parece muy difícil, sino imposible, que llegue á
realizarse si se atiende a la diversidad de intereses, lenguas,
usos, religiones y odios, que separan unas do otras las nacio-
nes.
R. A si parece, si se considera empíricamente; sin embar-
go, la diferiencia de lenguas, ii. sos, cosí uinl tres y preocupa-
ciones de his divcr.sas provincias de España, no impidieron que
todas se unieran con estrechos vínculos formando la unidad
nacional , que con tanto valor hemos sabido conservar v flc-
fender.
Esto mismo podría decii'se de las demás Nneiones de Eu-
ropa, que en tiempos no lejanos, estuvieron también dividi-
das en pequeñas naciones indcpendicnlcs, con distintas leye.s,
usos y cosUimbrcs. ¿Porqué, pues, no podrían todas las 'na-
ciünc.s de Europa unirse en una gran República Federal, con-
servando en lanío que lo creyeren coiiveiiicntc sus usos, len-
guas, religioue.s y demás particularidades que las distinguen
unas de olivas? Ésto aunque parece diíicil no solo no lo e.s
sino que es fácil, nece.sario, indispensabJe ; es una necesidad
que todas las personas ilustradas comprenden va, y que es
preciso satisfacer,
La filosofía , por una parte , y por oirá los progresos de
las ciencias y arlos, hacen desaparecer rápidamente los obstá-
culos mas insuperables que se oponían á la unión de los pue-
blos. Los caminos de hierro, han estrechado las distancias de
tal suerte , qm? hoy osla París nins cerca do Madrid cfue lo
1 ?
estaba Cuenca, hace algunos años. No hace mucho se
necesitaban mas dias para ir de Madiid á la fien lera , que los
que son ahora necesarios para ir de Madrid á América. La lo-
legiaíia ha suprimido complelamenle las distancias; hóy se sa-
ben las noticias de mil leguas en algunos minutos, y antes
de diez años, so sabrán do la misma manera las de lodos los
estreñios del globo.
En el fondo lodos los intcrc.ses son convergonles , todo.s
aspiran á aliarse , á fundirse en mas eslreclius lazos que los
(lue permiten los gobiernos inonárquicns y sus intereses, crea-
os cuando no exislia ni la idea do la Federación Republi-
cana, ni su necesidad , ni los medios de realizarla. Los pro-
gresos verificados por las generaciones anlei iores , y los (pie
cada (lia so verifican á nuestra vista atónita, lian engendrado
la iíhía, la necesidad y los medios de satisfacerla.
Un gran pensador conlempoi’átioo fia dicho, que los me-
dios que se emplean yiara salvar las iusLi luciónos caduca.s,
sirven fatalmente para perderlas.
Es la alianza de los reves contra la Libertad, alianza lia-
inada santa por mal nombre, lo que ha hecho .sentir á los Pui‘-
blos, que quieren ser libres, la necesidad de crear la alianza ver-
daderamenle santa y justa de los Pueblos, para conquistar y
alianzar sus libertades.
Mientras haya un Pueblo libre en Europa, lian dicho los
reyes, no est a n“ nuestras coronas segiirris en nuestras Imites;
unámonos para ahogar la liberlad en caai([uier rincón dcl miiii-
do que apariizca.
Los Pueblos han aprendido a costad c su sangre, vertida en
mil campos de batalla, en calabozos y palílmios, que mientras
((uede un revmi pié sobre su trono, con su corona deoro en las
sitmes y su cetro de mando en la mano, no hay para ello.s, píi7„
iibertael, ni liieneslar posibles. Dí'sdeentoncos.blvidando susan-
ligaos odios, rompiéndolas fronleras(|iiií lossepaiahan, los Pue-
liiosse dan la mano un¡(lo.s por laneresidaddeser lihresy de com-
batir ¡untos por la causa de todo.s, que es la cansa de í^atla uno.
Líis muuarquías y sus bastardos intereses, ludían contra
esta iiTiiTK’ion de universa! fraternidad, que ellas mismas han
provocado, y que se escapa de las (mírañas do los Pueblos en
grandes Ilaiharadas revolucionarias; luchan pero serán deími-
tivamenle vencidas. . , . ^
1’amliien el IVaccionamieulo h'iulal de la edad media,
apoyado mi jirivilegios de Pueblos v corporaciones, ludió tenaz-
ineiite contraías monarquías, fiue sacaron á la civilización de
aíjuel caos anárquico ^ peligroso.
El fraccionamicntó moiiárijiiico de la Europa moderna,
(¡ue es al progreso, lo (jiie fue en la edad nn'dia el fracclqna-
mienlo feudad, ¿como podría dejar de sucumbir ante la idmi
de la fusión Democrática de los Pueblos, apoyada en las ¡deas
V en los progreso.s morah'S y materiales del siglo?
‘A
18
P. Sin embargo, ¿cómo han de ser vencidas lás monarquías
contando además de la h*adicion, de Ja costumbre ^
leves con mas de CUATRO MÍLLONLS DE SOLt)ADOs,
con TRES MILLONES de sacerdotes, .'ueces. policía, esbir-
ros y carceleros , V con una inmensa iní iiencia moial y ma-
terial , apoyada en la historia y en los hechos ?
R. Precisamente porque*' las monarquías necesitan para
sostenerse todo ese inmenso aparato de fuerza, que cuesta á
la Europa cada año VEINTE YOCFIOMIL álILLONESDE
REALES y CUATRO MILLONES de sus mas robustos hi-
jos en ti carpo de paz, y el dolí le mi tiempo de guerra, no pue-
den luchar con el sistema Republicano, cuyo gobierno, en toda
Europa, costaría menos de io que cuesta en una sola nación
el gobierno de los reyes; que no necesita soldados , lorlalezas,
arsenales, ni la décima parte de funcionarios públicos que
Los PucLlos quieren vivir en paz , trabajar , comerciar,
prosperar, enriquecerse , ser libres y felices. Las monarquías
no pueden subsistir sino poniendo trabas al trabajo, dificul-
tando el comercio, poniendo obstáculos á su prosperidad, ne-
gándoles la Libertad. ¿Como pues, las monarquías no han de
ser vencidas por los Pueblos? ¿Qué pueden las viejas tradi-
ciones, contra las nuevas necesidades?
¿Qué interés pueden tener las naciones en sacriíicarse para
sostener dos ó tres docenas de em percadores, reyes, prínci-
pes, principóles y princi pillos, que tan caros les cuestan?
¿ Acaso {'I ( ia eii que todos ellos bajen de sus cosloso.s y en-
sangreiilados tronos para vivir de su trabajo, si es ííue son ca-
paces de dio, como los demás ciudadanos, dejara de salir el
sol, ni de madurar la ?riies en d campo?
Por lo pronto lial)rá en las guindes capitales menos bor-
dados, libreas y enlordiados ; menos uniformes y plumeros,
mcno.s magnates con grandes sueldos, pero en cambio los Pue-
blos leudrán mas dinero, habrá paz, y la sangre de los liom-
bres no coi'rcrá. á torrentes por campos y plazas ; y las m.adres
no darán sus hijos para transfonnarios en soldados, en maqui-
nas íle malar, en verdugos desús padres: no se empleara d
hierro en lanzas v fusiles, sino en rejas \ arados, ni engorda-
rail lanías sanguijudas ron la sangre dd Ihieblo. La ma(¡ui-
na gubernamenlal será mas económica ^ mas sencilla: hajra
menos hombres (|uc manden y mas que trabajen, y ¡os millo-
nes que se dejen de gastai’ en reyes, carceleros y verdugos, en
c ifioues, arsenales y ibi'laiezas, se emplearán en ingenieros y
mcueslros, en puentes y caminos, en escudas y en la lloros.
Es imposible calcular los tesoros de riqueza, de prospen-
dcad y bienestar, que prodiicirian á las naciones veinte y ocho
MIL MILLONES T)E REALES y SOIS ú ocho milloiics de inldigon-
cias y de breazos empleados cada año en obras de utilidad pú-
blica, en ¡a agricultura, cu la industria y en las artes.
19
P. Sin embargo de que todo esto es tan cierto que no ne-
cesita demostración , me parece diticli de realizar, porque la
ruayoria del Pueblo, al menos en España, no solo no cora-
prende las ¡deas Republicanas, sino que en su ignorancia las
ci‘ee malas apriori. Entre nosotros hay todavía "muchos que,
con la mejor buena fé , piensan c¡ue la República es el desór-
den . la anarquía, el triunfo de todos les vicios , d saqueo
de los rico.s por los pobres y la relajación de las co.s lumbres.
R. Así es; los satélites deí despotismo, y sobre todo los
Jesuítas, han engañado al Pueblo ignorante, pintándole la
República con tan negros colores, para apartarlo de ella,
por(|iie conocen que tan pronto como ia comprenda no será
mas juguete de sus supercheiias. Todos los que viven de
esquilmar al pueblo , hacen coro con los hips de San Ignacio
-)or la misma razón, pues temen que cuando d Pueblo se go-
bierne por sí mismo, dejarán forzosamente de ser sus seño-
res. Pero á pesar de sus. calumnias, los Pueblos desconfían va
<ie lodos ellos y empiezan á comprender, que esa República,
que le pintan como un montruo feroz que debe dehorarlo todo,
no es la caja dé Pandora, sino el arca santa de la alianza, de
la que saldrá la paz universal á iiiiir lodos los hombres en
una sola familia de hermanos, rica libre y feliz; haciénden
les olvidar lo.s odios, que los sacerdotes y las fainilia.s
reales hacian nacer entre ellos , para dividirlos y (iominai'Io.s.
Y no podra ser de otro modo, porque los oyen predicar la
pobreza v la humildad y vivir en la (7pülGn¿ia : [iredicar la
obediencia pasiva, y sublevarse con las armas en la mano con-
tra el gobierno que los paga; hablar de su iuvioíabilidad, v
confesar á cada paso sus errores, y en nombre de Dios y de la
iu.'^licia, enaltecer los vicios y premiar lo.s crímenes.
Los enemigos de ia República, se desacreditan tanto por
sus vicios V torpe, conducta, como las insiilucioites que de-
fienden, por su insuíiciencia para lalirar el h\vn de los Pue-
P. Reconozco que todo eso es cierto, pero es pnybso también^
confesar que no estamos preparados para Imita hberíadi que
para establecer la República, se uecesitan virtudes de quo lo.s
Pueblos eareeen. Por e..*íto creo f¡uc para llegar á ella se ne-
cesita marchar paso á paso, V esperar mucho tiempo todavía.
/No seria inejur aguardará que la monarquía verdaderamente
cítnstitucional, se "identifique con la Lihciiad?
R Esas .son snposicione.s gi aluilas. astutamente csparcida.s
mtr los enemigos de !a Libertad. Los PlicíiIuSí son dóciles y
virtuosos vía" prueba es (|uc sufren las ¡nju.stie.ins, la tiranía
V la miseria á que los condenan sus opresores.
Paca ser esclavo se nrcesila ser ángel, no para ser libre.
Para el i)ien v para lo hiieno lodos estamos preparados.
El hombre mas ignorante, preíiero el gobierno mas barato \
1 ■ 1 I _ ^ í 1 ^ .-I IT o 1 ■ #1 I 1 I r j \ .
I j h 1 1 V Z i I I m '" ' ‘ * * * ‘ * O í , , ^ \ i
íjiie ri'spete mas <u libertad de pensm* y de obrar, a un
o
20
bierno taro que se entrometa en lodos sus actos y íiscalize
üus palabras y acciones. .
Se dice que los pueblos están corrompidos, pero si asi
fuera, ¿cómo se librarían de la corrupción míen Iras exista la
monarquía, cuando es ella quien la produce ?
Así como las inslUuciones malas ilevan a los hombres
al mal, así las buenas los llevan al bien.
Las llagas corruptoras abiertas en las costumbres, por los
vicios délas monarquías, no serán cicatrizadas mas que por el
bálsamo de las instituciones Republicanas, , tv 1 1
También se dice que es preciso instruir antes al Pueblo,
es cierto; los Pueblos tienen necesidad de insliuccion, pero
si han de esperar a que los instruyan los que en su ignoi’ancia
encuentran un p re testo para retenerlos en la esclavitud, de
seguro que no saldrán jamás del estado en que se encuentran.
° Los Pueblos no pueden esperar nada de los reyes, porque
deben recordar que las ventajas conseguidas no han sido dadas
sino arrancadas á tiros.
Los Pueblos conquislaii sus derechos y Libertades; nunca
los reyes los conceden de otro modo. Los tronos son una ame-
naza siempre pendicntesobrcla Libertad, á pesar de las protestas
juramentos, perdones v adulaciones con que los reyes procuran
adormecer á los pueblos cuando se ven vencidos. Esperar de
ellos otra cosa, seria una estupidez incalificable.
Los reyes pierden partidarios y sostenedores, a medida que
se propaga la instrucción, que se difunden las luces. Viendo
ajado su poder, menospreciados sus privilegios y prerogativas,
á cada paso que da la sociedad en la senda del progreso , ¿qué
han de hacer sino oponer tantos obstáculos como puedan a la
instrucción, á la difusión de las luces, y al progreso que los
debe malar?
Cuando los realistas se ven perdidos, presentan como úl-
timo argumento la antigüedad de la monarquía, los servicios
que prestara algún tiempo á la independencia de la Patria, y
las glorias nacionales simbolizadas en ella ; pero como se ve á
la primera ojeada, esos argumentos se vuelven contra la ino-
mirquía. Acaso, una iuslituciou (jiic cuenta laníos siglos d(
existencia, por mns elástica y modilicable que sea, ¿no ha dt
(‘Star gastada y desgastada, no ha detener emboladas sus rué-
das, y sobre lodo, no ha de ser estrecha, mezquina, para abar-
caren su vseno las nuevas generaciones, cuyas necesidades, dií-
seos, coslumhres y tendencias, son tan distintas de lasque tu-
vieron las generaciones (¡ue fundaron y engrandecieron las mti-
narqiiías?
El Irono que sirvió de corona, de cúpula y personiíicacion
á sociedades guerreras, fanáticas, confpiistadoras, que vivían (ui
conventos y castillos, en ermitas, cindadelas y monasterios,
encerradas cu el estrecho límite de sus fronteras; que odiaban
a los estranjeros, y no tcuian con ellos mas relaciones rjiie las
de la guerra, el saíjueo y la conquista. ¿Como puede trans-
formarse, por maselástico'y acomodaticio que sea, en representa-
ción, en símbolo de las sociedades del siglo XJX, que quieren
vivir en paz ; (jue en lugar de pensaren el infierno, piensan en
el dinero; que no anhelan mas (pie Irabajar, comerciar y esten-
der sus relaciones por lodos los ámbitos de la tierra, con lodos
los hombres, sin distinción de religiones, lenguas, usos ni cos-
tumbres? , ^ ,
jC(3mo el trono levantado sobre el íanalismo y el espíritu
conquistador délos Pueblos, i>odria quedar en pi(g cuando los
Pueblos tranforman los templos en bolsas, los conventos en
teatros, las foiiak'zas en fábricas, y que no temiendo anadie ni-
den la destrucción de las murallas y ciudadelaspaiaconvci tulas
en salones de baile v en jardines públicos?
Ño; los tronos, apesar de los esluerzos de los que quie-
ren prolongar su existencia, amalgamándolos con la libertad
de los Pueblos, los derechos del hombre y los progresos dcl
sio-lo en esas farsas polílicas que llaman monarquias conslUu-
cionalesY sistema represenlalivo, están condenados á desapare-
cer como las viejas instituciones en que se apoyaban, y que el
soplo vi vilicanle (le las revol ueiones relegó á la historia. .
Sin inavorazgos, sin diezmos ni derechos sefioriales, sin
órdenes refieiosas, militares v monacales, sin regidores per-
ncliios, sin alcaldes ni corregidores nombrados por el rey,
sin censura real ni eclesiástica, sm inquisiciones ni bastillas,
no hay trono posible. Si se sostienen aun, es porque iina
oligarc nía de generales, obi.spos, curas y banqueros cuya
preponderantia está ligada á la vida del trono, con estreci i-
simos lazos, lossostiencn por el egoismode sus comunes inteiesis
‘ Podi'iamo.s asegurar, sin temor de ser dcsmcnlidos, que el
trono 011 rcalidacl va no existe. Que esa oligarquía esp o-
lando su nombre y su autoridad como espióla la libertad y
los derechos del Pueblo , lo ba hecho el juguete de .sus inte-
rpsps el mnniciuí de sus caprichos.
El ariiiamenlo de la Milicia Nacional por una parle, la
reducción le ebncilo v labibcrlad de cultos por otra, serán
íales, caerá inlalililemenle: por eso los i'eyes v sus secuaces
Sa fa tolerancia ivligi()sa, y harán estuerzos, dese^yel^dos
para no perder esta última batalla, que la?, exigí nciab ce ^
K las nuevas ncccsúlades de los pueblos y los progre.so^
íla¿e'poconwsde medio siglo, las '''onarquias exi^i ii
ñor sí mismas v de .su propia aiiloridaíl: la \ara del Mcab t-
Llel alffiiarii , ‘icvanlada en nombre del rey, era siiíicicnle
i doiiiiiiíir á los pueblos; hov les ba.slan apenas todos sus
rjéiT'!¡!.rv sus miles de eañou¿s , para defenderse de .sus pro-
píos subdilu'*'
"22
Suponed, por un momento, que todos los ejércitos de Eu-
ropa desaparecen en un dia, y que ios reyes se encuentran ante
sus Pueblos sin otras armas que ¡as de sus supuestos derechos:
¿Cuanto tiempo creeis que durarán las coronas sobre sus sienes?
Por el contrario, que la República se proclame en toda Europa,
se desarmen los ejércitos, se destruyan las íortaiezas y se fun-
dan los cañones para hacer locomotoras y carriles, ¿cuando
creéis que volverán los reves? ¿ Cuando pensáis que los pue-
blos volverán á creer en cl derecho divino, y á buscar señores
de quien hacerse vasallos, para sugetarse á las leyes que les
plus u i era darles?
Las monarquías viven y se sostienen por la violencia, por
la fuerza. La República Deúnocrálica Europea, vivirá espontá-
neamente, por ef espontáneo consentimiento de todas las
voluntades.
Las monarquías no son hoy mas que un hecho; el principio
viviticador de las instituciones, encarnado enJa conciencia pú -
blica, escapó de su seno : son un estorbo al progreso, y el pro-
greso las matará.
Sus representantes conocen su debilidad, y si fallan á la dig-
nidad de la función superior que representan ti-ansigiendo, hu-
millándose y reconociendo sus errores: es porque, representan-
tes de un hecho, les falla esa fé, esa convicción y linneza, que
no pueden dar mas que las grandes ideas y los principios fe-
cundos. Ninguno de ellos ha sabido caer con la entereza déla
fé, de la convicción y del derecho. Luis XYI, no sabe morir sin
tener antes la debilidad de dejarse poner el gorro frigio, (.¡ar-
los X, Luis Felipe y Fio ÍX, escapan cuino zorras á quienes
queman el jopo. El emperador de Aiislria, liuye de Yiena, de-
jando ai Pueblo ahorcar á sus ministros y arrojándole el su-
íragio univci’sal , paia entretener su sed de reformas. Fede-
ricii Gil i lien? i o do Prusia, el primo y cuñado de Nicolás,
liaja de su palacio por inúndalo del Pueblo , se descubre , se
arrodilla en medio de la jilaza, y reza al pie de los carros
cargado.s de cadávei'es de los demócrata;-! asesinados por sus
gen izaros. Isabel, también .so inclina anle las barricadas de
Julio , coiiíiosa sus errores, admite por consejeros y entréga-
las funciones públicas , a los que acusan á su madre de la-
drona, á los que la insultan y desprecian, á los que los pue-
blos indignadü.s la han obligada á aceptar revolucioiiai’ia-
mcntc.
*
La cond neta de los reyes bastaria por si sola para pro-
bar la caducidad de- ia inslitiicion que j-epresentan.
Coronas, entorchados v solanas; einh enias del relroceso;
■i ’ ^
símbolos de la miseria, de la ignorancia, de la esclavitud de
los pueblos ; ensan gren lados cspectro,s del pasado; imágenes
(leí odio, déla guerra, del miedo y la venganza; instriimen-
to.s de la destrucción; fardos de hierro que pc.^ais sobre las
t^^paidas de los Pueblos, ahogando sus quejas v sus gBinido.s
::: A - -
niuLando sus cspeiauzas, destruyendo ■'!>us ilusiones, huid,
desapareced de entre nosotros , como la Inqui-sicion, como
el feudalismo , como los frailes, que no,s envilecían y de.s-
honrahan. ... . ^ .
Dejad en paz y no marlinccis mas a esta joven genera-
ción que no os comprende , que os odia y os desprecia, y
que preferirá una y mil veces morir luchando contra vo.so-
tros á legar tan triste herencia á las generaciones venidera.s.
Reasumiendo diremos , que á pesar de lodos los esiuer-
70,s de la reacción , las monarquías están condenadas á des-
aparecer en un brevísimo plazo; , , ,-i , j j
Por incompatibles con la practica de las libertades y de
los derechos individuales :
Con la descenlralizacion:
Con los derechos de los Pueblos: ^
Con la emancipación de las Nacionalidades oprimidas;
Con la federación de las Naciones;
Con la paz de Europa;
Con la felicidad del genero humano;
Con la Libertad y el Progreso ^
La República Democrálica , .bederal y l'niversal, está lla-
mada á reemplazar á las viejas monarquías por ser el siste-
ma mas compatible , nías identificado con:
Las Libertades y derecho.s individuales:
La descentralización ;
Los derechos de los pueblos; .
La emancipación de la.s Nacionalidades opuiniclas.
La Federación de las Naciones:
La paz de Europa;
La felicidad del genero humano:
La Libertad v el Progreso. . : i ■
Las inonaiquias son un i-ailaYcr, rcslo podrido dé las ins
tUncíones ariskieráticas , guerreras, leúdales y monásticas de
Yi Rcnública Dcniocrálica Federal Universal, es la lógica
rnneecuenciü do los progresos verificados hasta niu\sl ios días
Tor lafN. iones civilizadas : la lorma lunplia clasl.ca y mo-
vMc ' dentro de la cual únicamenle, se pueden salislacer to-
das las necesidades v derechos del liouilire; se pueden omn
o ¡p, ño aíamicii las iiheriades iiidividiudes, origen de^lodo cli^
recho de toda Sociedad, de toda .Iiisticia v de lodo I logieso.
" Las monarquías, a,>c.sar Je lodos sus ¡ n os de er^ ii^-
dñd la igualdad, proclamadas por rristo, son ineoiiipalililes
“ ageña miseVili, qne se apoyan en la fuerza Jinda y no en
TrHeptihlu^a'^'lVmoñraliea Federal y Univpr.sal, es la mas
2i
( ri.siiana de ledas las insüUiciones políticas, 6 iiicjor dicho, es la
única institución vcrdadcramcnle cristiana, porque en ella la
de los grandes principios morales del Jívaiigelio se
en dogma, en base de iodos los dcrcelios , de to-
das jas leyes.
La Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, principios re-
mórales, mas que políticos, son el cimiento y la
y
..t
rnoc]
1 I t '
Por esto, ser hoy realista, partidario ó soslemnlo!' de las
, ’t T.! #-* ’í 'í T o, n ■% C' /-% /"i 1' I 1 I tT t» i 1 i rk'l'V
monarquías , es ser ic
, es desear la miseria, la ignoran-
I
cia, el cmbrulecimiento de los Pueblos:
Es querer la riíjiieza, la opulencia y la holgazaneida de
los menos, á costa de la pobreza y del excesivo trabajo de
los mas:
Es desear la libertad
de los ricos v la esclavitud de lo>
'“S,
Es querer el domiiiio arbitrario del mas fucrle, solire
los mas débiles:
Es desear <juc la injusticia reine en la sociedad, con to-
dos los horrores que la acompañan:
Es alimentarse con recuerdos del pasado, soñar en lo que
Tué; desear el dominio de los muertos sobre los vivos, el rei-
nado del pasado sobie el presente:
Es negar el porvenir.
Ser Republicano es ser Cristiano, en la verdadera acejicion
de la palabra:
Es considerar liermanos é iguales ii lodos los homlires:
Es amar á los débiles y á los oprimidos, y servirles:
Es buscar la gloria eirel bien de los demás:
Es querer la iluslracion y el J)ieneslar délos pueblos:
Es qnei-ei* que desaparezca la holganza, con los \ icios qmí
la acompañan, y que cada uno viva de su Iraliajo:
Es amar la paz y Ofliar la gu<‘rra:
Es condenar los privilegios y los monopolios, que enjen-
riqueza ininmecida de unos pocos, y la mas inme-
m i ser i a de los rnns:
amar la jiislicia y odiar la ¡njuslicia:
Es perdonar á los hombres y odiar las viciosas inslil licio-
nes:
dran la
servir a la Providencia, conti’ibnyendo á que el fiom-
bre cumpla en la tierra su destino, realizando esa sublime
ley dcl progreso, que lle\a ala iuimanidad á la perfección:
Es vivir del presente, esperar y trabajaren y para el por-
venir:
1 j'
Es cumplir con su. primer
Es conocer la historia, tener conciencia de su misión vde
J _ I * *
su deslino:
Es, en fin, ser un hombre cu carne y
razón que .siente y un alma que piensa/
, con un fo
111 .
BRKVES
J
l:'
l ALd
cirios K 1^STiTljClO^CS DEL SISTEMA DEMOCRAIlCO
IM sisiciiiu UCMIUCICUIOO, so límela en las Liherloiles v ile
recluís inclivicli.ales; por lo lanío, sus insliUiciones ¡w c ^
lener olio olijolo que paranlr/ar, saUsfacei
Y deiTclios, tuva salisl'iiccion es un deljer pnia U
(icbmiamh lo 'menos posible, en el senlulo nuc boy se da a
obsláculo á la inicialiva individual. La Ley no d' ''C tei ci
otro objelo (lue garanlir.ar la libre acción { J-'
y las leyes del sislenia demociálico deben ser poras, üaia. ,
ian sencillas como sea posible.
1 .
DEL DERECHO K
La sociedad lienc el deber d-' asislir al nifi o, al enler-
mo ni cslropOtulo \ ni nncuuio. ^ ^ «vi
’EI médic/la rannáoia.
lio y á cargo dcl Ayunlamienlo, coi i e.spoiukn * 1
j 1 ^1 f I j'\ 1»
V parciabnenle. la sociedad reconoce
osla Obligación- y proeaim
porque malgu^ta tn cosas * 1. ,, . j
cíales, lo que «'«P oí sislema
ufUL kiits, '' ; i .. cumplir solamente
.ISIV^S w«-i '!'» ‘™
sociedail para con cada uno de sus hijos.
11 .
del derecho a. la
La sociedad debe al niño ,,,,¡ 0 ,. sm
Las escuelas de párvulos,
"lile ''al Vuebl/' y’ deben, eslar á rarg;o <^1
dt
r.2G-
atender a ia creación y !;o.sleuiniienlo de una biblioleca pu-
' Independienlemenle de. las escuelas sostenidas por el Pue-
blo bajo la dirección del Avunlaniicnlo , los paiticulares
podrán eslableccr, en uso de su derecho de libreensoñanza, cuan-
tas escuelas crean convenientes.
El Avuntamiento deberá tener exámenes públicos todos
los años" Y los padres deberán forzosamente nrescniar en ellos
á sus hijos é hijas, para (pie .sean examinados en los cono-
cimientos propios de su edad. ... ,
Los niños, no oslan solo bajóla l niela cielos padios, OvS-
lán también bajo la tutela de la Sociedail. A ja del padre,
coiTCsponclc ele^ii* inéloclo y escuela: a la de labociedaci, cor
ciorar.se de ejue lo.s Padres cumplen con el sagiado debei
de educar á sus hijos. Si no cumplieran con él, la Sociedad
represenlada por su Corpoi’aciou Municipal, les amonestara
obligándoles á enviar sus hijos é hijas a las escuelas públi-
cas sostenidas por el Pueblo.
Las escueltis superiores de incluslrias , arles y ci encías,
corresponden á las Admi nislrac iones Provincial , TSacional,
Conlinenlal y lJniver.sal; y aunque esla inslrucciou superior
no es obligaíoria para el Ciudadano , lo es de la Sociedad
para con él.
La inslruccion, GRATUITA Y OBLIGATORIA, es pues
un deber de la Sociedad para con el individuo ; por lo tan-
to, una de las principales insli luciónos del sislema demo-
CTcálico,
III.
DEL DERECHO AL TRABAJO.
La Sociedad debe al hombre un trabajo conforme con sus
fuerzas vacli ludes, cuvo produelo baslc a salisfaevr sus ne-
cesidades.
Á primera vista, se cree dificil que la Sociedad pueda
cumplir con este deber, pero si asi parece, es [lorque se cuii-
sidera la Sociedad tal como boy exisle, y no como será el dia
en que hrs instituciones democriiticas rijan lo.s des linos de los
Pueblos.
Con genei'aciones preparadas por la instrucción pura el
trabajo:
Con medios de comunicación rapidísimos y baratos por
mar y por tierra:
sin trabas fiscales ni gubernamentales , sin privilegios ni
monopolios que dificiiUen la aclividad individual:
Con libertad de asociación:
Con muchos millones de menos mi el iirpsupiieslo Nució
nal , obligatorio e improductivo;
27 ^
i
Sui las paralizaciones que las guerras, revoluciones y
reacciones producen en la industria:
Con la movilidad producida en la propiedad por la des-
amortización:
Con la inmensa facilidad <.]ue dará la libertad para la
creación de bancos, que generalicen y abaralen el crédito:
Con las obras de utilidad públiccñ, í[ue no podrán menos
de emprender.se por Pueblos, Provincias y Naciones;
Con la economía, que en la producción y el consumo, se
podrá alcanzar poi' medio de la asociación, a !a (jue las cla-
ses en que se divide la Sociedad se lanzarán una vez ilustra-
das v linrcs; se puede asegurar, que la Sociedad no tendía
necesidad de cumplir este sagrado deber de proporcionar ira-
bajo á sus hi)os. sino parcial e indireclameiite. en casos de-
terminados, ya facilitando la traslación de los brazos sobran-
les de nii liigcir k otro en c|ue lictgcin fallfl, ilusliciiido c
inlenis indiv^^dual .sobre los precios y valores de prijduclos y
mano de obra, va por oíros medios análogos ó scmejanles.
La falla de íin trabajo bien reiribuiík, de r^ue general-
mente son víclimas las clases productoras, no es natural, es
la consecuencia de los vicios de la organización social de as
.monarqiiias, basadas en la coiiquísla, en la opresión, en los
monopolios , privilegios, estalas y abn.sos do mil geneios, que
consliluven su esencia y su forma.
La pn'sinn fjue. el capital ejerce sobre el Irabajo, no s,
origina escliisivamenle en la escasez de dinero, y en la atnin-
danciade brazos, está además, y mas principalmcnle imqiie
los reves, .sus cjércilos, su niagislraliira y lodo su horrible
arsenal de opresión . colociiiidqsc siempre del lado del capí
i al en sus luchas con el trabajo , lian obligado, j o (ju
neór acosliimbrado á los pueblos á doblegarse bajo su yup.
La comiílela l.iberlad polílica, la prácliea de los dereclios
individuales, transformarán mdmlablcmenle la.s leyes y coii-
diriones niie hov las relaciones enlre el liabajo \ el
rapilal.' concluv endo'' por Iransformar sus luchas, en acuerdoy
'""sr a pesar de lodo eslo llega.sen casos en que cierlo nu-
mero de ciudadanos careciesen de trabajo, dehei es d la
ciedad proporcionárselo, bien 'V,,,]:,.,;,.,.-!,
adelanlandü primeras nialerias , o de olio ai,,,,/
de los miicliols de que puede disponer una .sociedad Imii oi-
ganizada.
DE LA PROPIEDAD.
Una vez ciue esté complelamrute de.^a‘mbarnzadíi la
de las Irabat con que la snjela ¡a i f
hipotecario, la Sociedad no V,.rhilra
tirar su posecion mas que de nua pequeña Tuerza ;iuiblica ,
oüeia o guardia, que
qn
vele
v*v r''!' . *
por ella en pla/a.^í } caminos.
28
Cuando el trabajo bien retribuido conduzca a los ciuda-
danos al biencslar v a las comodidades, de (juc bov ^nz<in
esclusivanienie los propietarios y especuladores, perdeia la.
propiedad mucha de su imporlancia, y disminuirán casi coin-
píelaijienle los atentados de que hoy es objeto.
La propiedad, que representa el sole an l e que del produc-
to de su trabajo lega cada generación a las venideras, osla
llamada, n\ uña Sociedad bien organizada, a sostener las car-
gas
Y.
DEL IMPUESTO.
El impncslo es una prima de scejuros, la sesión de una pe-
queña parte de lo que poseemos, en cambio de lo cual la So-
ciedad nos asegura la pacífica posesión del resto.
Cuando el impiieslo se paga y la propiedad no esta ase-
gurada, ó cuando la prima que se salisrace es mayor de lo
que se necesila para ello, enlouces la contribución deja de
ser justa y se Iransíbrma en un despojo, en ima estafa, en vin
robo, pues es claro que la can l i dad pagada por el seguro,
desviada de su objeto, se malversa en oirá cosa cualquiera.
Todos pagamos para sostener tribunales que nos aseguren
la Justicia. Sobre nosotros, ó sobre nuestra hacienda , se co-
mete un crimen, y la Juslicia ni lo castiga, si no pudo pre-
venirlo, ni nos asegura una reparación. En eslc caso, ])o-
denios decir, que nos ha sido i'obado cuanto pagamos para
asegurarnos la Justicia.
El impuoslo, pues, para ser ¡uslo, debe tener por objeto,
asegurar a cada ciudadano la satisfacción de aquella parle
de sus derechos encomendada á la Sociedad.
Debe ser proporcionado a la riqueza de cada uno.
Volado ó sancionado ])or iodo.s los ciudadanos; y las ad-
mi ni siracione.s públicas deben dar a los pueblos las cuentas
de su inversión.
El sistema democrafico, ateniéndose a estos principios, es^
lablecc una sola contri bucion directa sobre el Capital.
YJ.
DEL SUFRAGIO UNIVERSAL Y DE LA SAf
DE LAS LEYUS DOD IX PUEllLO.
)[\
El sufragio universal, es el derecho, ipie asiste a cada miem-
bro de la Sociedad, de nombrar directamente y por si mismo,
sus representantes, para proponer y discutir las leyes, cjiielo.«-
Ciudadanos deben obedecer.
La sanción, de las leyes por los rjiudadanos. es el (bMeclm
29
de aprobar los acuerdos o leyes que hacen las Corporaciones,
a üuienes el Pueblo dio con su sutragio este derecho.
Las Soberanías Individual y Nacional serian una quimera,
una palabra vacía de sentido , si los Ciudadanos no sancio-
náran las leves que deben obedecer.
;Ouees en efecto un Sol)erano obligado a obedecei le-
ves que no sanciona? El verdadero Solierano, en tal caso, se-
ria ariuel a quien delegó \n fucuUad de Imccr y dato las leyes.
La Soberanía, entonces no reside en el Ciudadano, mas que m
el momento de depositar en la urna el nombre del que va a
nombrar legislador, a quien por este mero hecho transmite
Sc^desea susliluir la Soberanía del Pueblo á la Soberanía
Real Sepamos antes cuales son los atributos de la Soberanía.
Él Soberano nombra sus MimsU’o.s cuando
veniente, y nombra á quien mejor le parece, ^oscrvaiu se
el derecbo\le despedirlos y de tomar otros cuando quiera. ^
Los Ministros presentan al Soberano proyectos de
los examina y sanciona, si los cree uego j
Iros los proclaman a nombre del Soberano y los hac n
vímia bien si el Pueblo ha de ser verdaderamente sobe-
hasta ahora,' es prñciso que tenga y ejerza los atribuios dt.
los legislndores, y los que en su nombre han
convenga de represen (antes y ad-
ir ^'AFoliar ó sancionar los proyectos de ley y los acuer-
t i otio 1 , 1*1 .Q.,.y Iti aciiliainos (!(' esponor;
cí 5 mi oda Kuropa los proyectos
S'mSadminis^^
üi-dea cuaí?,uiora desde Ma-
Via
soinclidus el su Itillo* .
la.s dos objeeiones P'XmSca en lodas
Suponed Europeo, emu-
las y**-'™*;® (I,! todas ellas se. cslablece, por ejeiu-
píü ^'U París, y ( pie d iseuy ptdimKb
t ,uí «oilrib T simullimJo di- Idas las marinas d.- pnerra
r,o
Nacionales, y la creación de una pequeiia marina Luropea; que
len^a por óbjelo vigilar en todos los mares por ia seguri-
dad de las vidas y haciendas de los Europeos, y a cuya
creaciun concurrinr cada país con su conlingente.
El Congreso, remite copia del proyecto de lev
no de. cada Nación. Esto.s trasmiten copia a cada"
cion Provincia!. íislns im|jjimen copias para los vecinos de
cada uno de sus Pueblos, que remiíen ¿i los Ayunlatnien-
tos, los cuales reparten ii domicilio una copia á cada ve-
cino : y en el dia (pie el mismo provéelo pn^viene, lo.s vecinos
acuden ¿i !a parroipiia o t asa de Ayuntamit iUo y depo.sitan en la
urna su bola blanca o negra, 6 escribmisu nombre en el gran
liliro, con un si o no al margen, según antes se haya esta-
Idecido poi’ la í(‘\ .
l.[i comisión nombrada al efecto, hace el escrutinio, lo pu-
blica y trasmilf copia a la Dipulacioii Provincial; allí se hace
el (escrutinio díi todos los Pueblos de la Provincia pmr las
coimsioiies de los Pm'blos reunidos, se publica, v se remiUí
á ía (lapilal. En esta se hace por las comisiones de (odas
las Provincias el escru linio de todas las de la Nación, se pu-
blica y se manda ¡í la Administración centra! Europea, en el
seno de la cual, las comisiones de todas las Naciones de
Europa, bacmi el (‘'ícni linio general, lo publican y lo entre-
gan adicha Administración central Europea, quien "se encarga
(le dar ciimplimieutogi la ley discutida por la Asamblea
de Vhiropa. y votada por todas las Nacioni'S.
¿(Aiatilo tii’inj'O pensáis (pií* se necesitaría en elc.stado actual
de las coniuiiicaelfíiii's en Eíiro|)a. para veiiííc'ar estas npei’a-
ciones. y para que sn resiiliadu fiiera conocido después de
hfdier Notado iui/ millones o ma.s de (huíiadanos? fbies iiollcíra
a ( M V I Uv\ t A I ) I } a n 1 ( ‘s d 1 ■ d ; < a ñ os n o 1 1 egara n b.
VEIN l’E- Aplicad e^le método a las Adminislnicioiics .Nacio-
nal, íb’ovincial y Municipal, y ya conocids lodo el nu^canis-
mo político de la Rejm >lica Dcmocriilica. Bastan dos horas
en eadadia teslivo, para (jiu* los tuiid.idanos sancionen todos lo.s
lem'i'dnsy li'yi'Sípie lespre^i'iitmi las Administraeiones públicas.
Mas sena paren' la objeeioii del atraso de los Rue-
de su msidiriímeia para ju/gar do la o[)orlunidad
de las leyí'sciiNa saneiuii se lev pida. \ esta obi(‘c¡ort,
poníb'ny io que \a dije en id folleto de E. fjarlero' v la
ilevolueion haee algunos im'-es.
)/ral vtv. se (liga que los (dectoivs no están todavía bas-
tante ilustrados para juzgar la conducía de sus i’epre.seníanli‘s
ni mucho menos para discernir las irislilurion(*s (Jiie jes eoin
vierum. Poro {‘slo es im soíisma. Si no son aptos {lara distin-
guir una l(‘y oinstilueiou brieiia de otra mala, ^-no io .serán
ann mucho menos para juzgar de las intenciones \ de |a in-
lelige.neiíi é instrucción de aqiiel!r>s a quienes ceden m.s de
reclios de legisladores solieran os':'
<
.\í,'gamus autuuio \ « .^>.1 . . ,
Hoy la ciu'slionno es de ciencia o de ignorancia, sino de
hueuív o de mala ic- .
Reunid los vi'cinos del Pueblo mas atrasado, inas igno-
rante di' España, y di'eidh's ; nSois libres y podéis re.sohcr
.s(^n'un os convenga lirias las cue.slioiu's políticas cuya solu-
pagando el 10 o el 12 por 100 de conlri-
luición que hasia aliora halicis píigado, o mUicirlo al .1 o i
Tjor 100 solanicnU'? , ,
iOucrcis que las qiilnlas coiilinm-n arran -amlo de vues-
tro síMK. lodos los años . los mas rolnislos y iddes de v.ies-
S Uním las atonas para delender la Patria y la laberlads> so
vipi-an amenazadas 1 ) 01 ’ los despolas:
¿Queréis nombrar vosotros mismos vuesiro alealde, o qim
" Si"™»:, Av«»l.im,'nl<i J. la, c.iaal.; .la »
adn,í£ " .11 ” '» ''™“‘ ""
“'XiSÍÍ™. -ia loa .lo.-.a ,1a *
( éveit CHIC los ilerrehos de puertas > de eonsunio.s, que
^.Qua(>c 1 ^ clases trabajadoras, sigan au-
,,,en!amrvues!.'a miseria, ó’ que sean
cOTtílHicion direda, .|ue reparta mas eqmlaliv.nmenli las.a.
is del Estado? tnivu-n v demás (d'i'clos ('staiica-
m so neeiiiita a lodo ( I miin . , ¡.i,,,...,
n di' eli-
mo (MI vez
• +
do.s
que so permita a aliora, mono
polio del ' iodos el dere.
y íá Xici:n‘'míional la de el goluer
¡oiréis Iiue lo.s ¡;,''pt¡ tiii'iínli'a 'elllpieoina-
nía, que. aparUi de 1^1’'"“''' " ' -
(pie. se redir/.cii el niavimi"' ' ' '
olove el iiiíiiimiin veeiuosde laaldeainasalra-
Kslamos 15'''''"*“^'“^^ ^ A, ,,o'r las iMlliienei.aMeaee.ionarias
ioSlí- íiiniíiiu-iiiiosa^ Pro,re-
S„ y de .liislicia , osaiiililea compnesla de^e
lleiimd P'" ' •lindes ciqiilalislas, ma«islray.s y ai-pi
l An ’seii,, \ os^-es|nu,deu.os de que el general eneonira
f
l (
is. v se
ni
OS)
o
i‘a
fainosüs aririiiiiciiloá para probar la con vpuirucia íIl^ lacón
■ * " : fl íuicendtsla ílmnos-
sfM’vacion do las quintas y .. •, , *
trani las ventajas de las rentas estancadas; el neo capitalista
os hará ver tpie las conlrihucioues deben ser indirectas; todos
harán pasar nn.'jor íais soíisinas ciianlo qne su instrucción sea
iiiavor y las reformas no se llevarán á calió januis.
‘¿Por'qué, pues, la i-norancia del aldeano resolverá liias
acerlíidamcnle las cuestiones políticas y económicas que la in-
teligencia de las alfas capacidades?
Ks muv sencillo; porqn
contradicción con el interes general, y porque, mas que la
ciencia, el egoísmo es el (jiie inspira a nuestros legisladoies
A ^ ^ - r V
es lalsa la ciencia qne está en
sus sn
K
Se dirá iiiie no todas las cneslioncs son tan sencillas; qne
el Pimhlo no rcsolvi'ria con tanlaTacilidad, por ejemplo, la enes-
lioii dinástica o de forma pulitica como la de papel sellado u
otras [luramcnle económicas.
A esto responderemos, que |)or cualquier parte que abramos
(>l libro de la historia, encontraremos (odas las cuestiones dinás-
ticas o ¡lolilicas ivsiicllas por la fuerza y no por la ciencia. Y
lio esperamos qne la solución del problema político (|ue agita
:i la Nación en estos momentos sea. unaescepcion de esta regla.
Mas si la masa general de, la población fuei-a llamada á re-
solverlo y se le jiresmilaj'a con claridad, es probable que la so-
UicioM seria la mas adecuada á sus intereses.
Decidle : Si te gobiernas por tí mismo no tendrás quintas;
pagarás la tercera pai'te de las conlribncioiu's ({m* ahora pa-
gas ; las nuevf' di'cimas parles de los empleados ({ue hoy
manlienes, ¡rana (raliajar en las ¡mliislrias piávadas ; nombra-
cas tus alcaldes y riynnlamienlos, tus juntas provinciales y gefes
políticos: la maVor parte de la pequeña cuntrihucion que pa-
gues, la inverlirás mi escuelas, en caminos, canales, etc.
Si traes a .Muniímiolin ó D. iN'di’o V, o si dejas á Isabel,
U'udi'as (luintas, derechos de piiciias y de consumos; [lagarás
I, .’>()(} millones de reales, ó mas, cada, año; porijiic cualquiera.
d(‘ estos señores, micesila pant ser lii rey la suma de cincuenta
miltones al año para los gastos de su easa. dl)() o mas millo-
nes para manlenm’ un (‘¡(‘rciío que te obligue, á ohedecei* sus
ordem'S y a [lagar las coiili’iiíuciones por fmMv.a si no ipiieres
voliinlarlamente; neccsilan otros ciento para geñ's poíliíms,
corregidores, cumisai'ios do [lolicía, alguaciles, policía públi-
ca y secrela, y oti’as clases de avecliiiciios (|uo vigilen [\\is pa-
sos y espión tus palabras. Como estos empleos son muy Iti-
ci'alivos, todos los amliiciosos se los dispularán, y abandonan-
do las industrias útiles y productivas, emplearán sn talento en
intrigar para ocupar los altos puestos fpie comiucim á lo.s ho-
nores y á la fortuna. Pero nombrando lú mismo tus aiileri-
( ! ad os y cor [ )o ra ci on c s c i vi b es , s u .s fi i u c¡ on es sm'áii ! i ( m 1 1 r i I i ca s J os
empleos gratuitos, como sucede eu las Ib'ovincias Vascongadas.
^ — -1 } i )
T /
No lemlriamos, repelimos, inconveniente en llamar a lo-
dos los españoles á dar sn voto sobre la euesliou tío forma política'
asi presentada, v abi'igamos la conlianza de tpie , l'iu'ra ile la
minoría tpie viveá esiicnsas el el presupuesto . Itidos, carlistas,
imiierialislas. monártjuicos, de todas las variedailes. desde las
mas divinas basta las mas humanas, preferirian e! gobierno del
Pueblo por sí mismo, el gobierno democrático, a los goliiernos
'Opresores, curóse inmorales, de sus ¡dolos anliguosy moder-
nos.»
Sin sufragio universal, sin sanción de las leyes por el
Pmd>lo no bav SolHU’ania Imlividual ni Nacituva!, ni dereclu),
ni legalidad, iii justicia; no hay mas que fuerza, siqiercliería,
oprt'sion , injusiieia i' ib'galidad.
.‘One solí los inconventeutes tpii* este sislmna pudiera te-
ner, comparmlos ('on los males iiilinilos del sistema contrario,
seguido hasta a hora ■ i » i i
' Cada delegacitm de la Soliera nía Nacional bi*cha por ei
Puelilo en nirCongreso ó Asandilea Coiistiluventc, des|niesde
sus costosísimas revoluciones, ha jirodncido una aposlasia. una
' ^ í i Q*}-
sancionailo la íioMslilucion de lo-w
con Vit^^sTionstilin ente del :í(i reemplazaron la iV 18D2?
;Sancionarian ímv los Pueblos la (pie lahrican los Cons-^
tituvcnlcs abortados por la revolución de Julio? Ks ma.'s; ¿la
iHibieran beclm tal como es si suiMíMain que el ii('b o bahía
de sancionarla? No. La Constiliícion la
linbicran nacido, si el Pueblo luibierasido el cncaigadodi
Hubieran los Pueblo
i
\ T * I O
*ia
Pero adiiiilaiiios (|iie la.s liuliiera saiuaiinado. ¿Ili
hocliü oirá cosa que c.slar á la allura de sus rcpresciilanlcs.
■\ca''o losPueldos mas ipioraiiles. mas airasaí os, Imliici.m
aiaeado mas violenlaiucnle con sus acuerdos los
dividiudes la bilK'rtad y snssagrados tueros, (pte loipn lo ñau
beclu) V ío hacen esos grandes políticos, esos palricios emi-
nentes " elevados por los meditts ípie lodos sabemos a regii
los destinos de la Pa Iría? Ks !ii('n seguro (pie m*. ^ si asi
fuera si los Pueblos usiirau mal de sus deivcims, no podnan
I;;:, ai..sc a nadie, y circsulla.lo de sus
ricncia les ciw-riuriail mas cu un ano de loque li s lum i um
fiado cii mi'dio siglo los ([m! cu .su iioiulirc han ejercido \
'bv''l!éb'bbi!ilari., que si el 1‘uelilo saueionara las le-
ves. imal .seria la "ruiieimi del l*resid.'ule. eu la lleiml)liea
no es imlispeimalile la evislem ia de
un Pirsidmite mi el sistema llep--‘‘'
na
11 com-
püesíá'de'Vu re|uvseulanle, |ior cada "qf'T'j
rUwi.u'fti siin nrt'h'nliles a un I u'Mdeulc. Pa lun
ií) Fi'deral Nacional, son pnñVrililes a un Pri'sidcnlc. La !nn-
rioii de! Pirsideale n del Consejo Lederal Nacional , no cs
sancionar Jas leví's, 6b'
•u ejecución.
DE L.\
J
Los esploladores do la superstición y del fanatismo de las
masas, los falsos sacerdotes, que en nombre de Dios las es-
tafan y contribuyen eí ¡caz me ule a que no salgan de su em-
bruleci miento, ¿cusan á las ideas Republicanas de enemigas
de la religión , pero las calumnian injustamente.
¿Como han de si'r contrarios a !a religión unos princi-
p¡o.s que tienen por base la mas completa Libertad individual?
Si la Religión es una necesidad de nuestra alma: si los
pueblos son naliiralmeiite religiosos, ¿por que lemeis que
cuando sean libres, cuando puedan man ifcslar y practicar to~
diis las ideas vacíos religiosos , peligrará la religión?
En el sistema Republicano, los hombres .son libres; pue-
<len asociar.se, fabj'icar convenios, y vivir en una cristiana
comunidad, y lo pueden hacer sin f|iie el gobierno intervenga.
Los (¡ue deseen dar al clero sus bienes y haciendas, pueden
hacerlo también. La práctica de la religión es libre, com-
plelamentc libre. ¿Pür(jue pues esc hoiTOr de cierta parle del
clero hacia el .sistema Republicano? Porqué? Bien fácil es
comprendi'ilo. Por í[uc con la Libertad Republicana no po-
drían estar uciiiíos sus vicios.
INjrffue con la Libm’iad Republicana no podrían engañar
al Pueblo, dáiidok' [lor ndigion, lo que tan lejos está de serlo.
IVírtjiJt' eiilonces (endrian ípie dar ejemplo de virtud
V Inicuas cosí umbres, v no les baslaría, como ahora, decir:
«naced lo (¡ue yo digo y no lo que yo hago.»
IVaque entonces solo á contlicioii de ser modelos de vir-
tud, \ de cumplir y praclicar las máximas del Evangelio, los
creería v manlendiía el Pueblo.
Comparíul la conducía de la mayor parte de los sacer-
doles, con las máximas sublimes d(d becáiago, ved cuantos
(mconlrais dignos de llamai'.se n*j)rescnlan[(;s (íe Jesucristo,
de a(|uel modelo de caridad, Imniildad, abnegación y manse-
dumbre.
Ellos cifran su lujo en hacer todo lo contrario de lo (|ue
pre.scribe el Evangelio.
Ellos están mas cerca, (bi la venganza que del pei’don, del
trabuco que de la bendición, de la antesala del poderoso y
de la alcoba del rico, que de la clioza del pol>re.
Ellos reciben en lugar de dar,
EII 0 .S I rabean con e! cielo y el infierno.
Ellos \enden el perdón de los pecados, coino los malos mei -
y
ellos queman vivo al
35
«aderes, en las tinieblas, las lelas averiadas.
Ellos á trueque de promesas que Dios, según afirman, ha
de pagar en el cielo, se han apoderado de los bienes de la
tierra, y amenazan, no solo con el fuego del infierno, sino con
el de sus trabucos, á los que quieren rescatarlos.
Ellos ayudan á sostener á los Fariseos á quienes Cristo
condenó, á condición de participar de sus privilegios.
Ellos aconsejan en sus libros el asesinato de los reyes,
cuando se niegan á partir con ellos el poder.
¿Quien conocerá un representante de la religión, un dis-
cípulo de Jesucrislo, que es (odo amor, en un energú-
meno vestido de negro sayo, que con una cruz en una mano y
un puñal en la otra predica el esterminio de sus hermanos,
y los I slcrmiiia cl mismo, como hace medio siglo io eslamas
viendo lodos los dias en la calólica España ?
Crislo proclamó la Libertad, declarando ig
manos á todos los hombres.
Ellos defienden el despolisino.
Cristo proclamó la Fraternidad, y
que no piensa como Ies conviene,
Crislo proclamó la igualdad, v ellos se declaran
nedores de las aristocrácias y de las gerarqiiías
por establecerlas entre si mismos, y por vender en el íemplo
el asiento preferido al mas poderoso.
lie aquí por lo que gi an parle dcl clero condena la Re-
pública. Porque la República es Cristiana, según Jesucrislo,
y no según ellos. La condenan por la misma lazon que boy
condenarían á Jesucrislo, si volviera á redimirnos, porque
ellos hacen lodo lo contrario de lo que el Evangelio enseña.
En el sistema Republicano, los católicos practican libre-
mente su religión,: nadie tiene derecho á eslorbarlo, ni a
oponerse á sus prácticas ni devociones.
En ci sistema Republicano, la religión no tiene ma.s armas
que las que le son propias; la persiiacion y cl ojeniplo. La
violencia desaparece.
La religión, en lugar de perder, gana (.‘on la Repiilihca,
porque depurada por la publicidad y la Liberlad, de los vi-
cios qui^ hov la corroen, dejará de. ser una insliliicion social,
un oficio mundano, para viúver á a(lí|oirir un carácter (‘sen-
espiritual, relación niisterio.sa entre la concieneiay
Kn ei sistema Deniocratieo, la Administración ¡niblica
no tiene nada que ví'i* con la religión. Los fiides se entien-
den directamente ron el clero, ¡i cl cual [lagan esponlanea-
menle ei col lo.
Si la lieligion CalólicM es la verdadera, ¿porque temmi,
sus defensores de porvidn, que hombres que profesan otras Re-
ligiones vengan a establecerse yá practicarlas en Espaiia? ¿No
les sera mas fácil He ese uíodo convertirlos yior la persuaciony
=5(i
el cjcniplo, liacit'iidoles nhandoiuir orrorcíí?
¿Qué imporliL adcuiiás, al buen Crisliaiio, que su M'vino sea
prolestanlo, con lalrjiicsea Ijiu'h ídudadano y lioiiil)rc de l)ien?
¿Acaso los lí^jmfiüles de hoy son mejores caiolicos que
sus alíñelos , porque hoy como en lienqto de aquellos, no
existan va en España los protestantes moriscos ni ¡vidios. (pie cs-
pn Isa ron los estúpidos reves de la raza Anstriaca?
Sea la que (¡uiera la religión que los liombr
puediui estar pla^uidos de vicios o adornados (b‘ toda
sen,
s las vir-
La diferencia de, reli,irÍon no debe ser entre los luiuilires un
motivo de odio ó meiU)S[U’ecio sino de caridad y amor. Jesu-
cristo lia dicho: 'tameinos mas al mas desgraciado.» ¿Y quien
puede serlo mas a los ojos de un buen cristiano, (¡iie el ([ue
está sumido en los errores de una falsa religión?
Por oirá parle, en el ídndo son iguales todas las reli-
giones, pueslo f¡ue ¡odas tienen por ubjelo la adoración deJ
Ser Sujíremo; su d i fereiicia esencial consiste solo en la re-
velación, en la forma, en las practicas esteriores.
La religión de Jesucristo manda al hombre amar á sus
semejantes sin distinción de religiones.
La Lilícrtad de cultos, lejos de sei’ un mal, es un liicn pa-
ra tos pueblos, porque tiende á que se destruyan tus odios,
creados por las falsas interpretaciones dadas á la religión por
los malos sacerdotes.
Porque con ella .«e estrecharan los lazos de unión entre
las di vf'r.sas razas y nncioru'S, en bemúleio de lodos, y sobn;
lodo, (‘s justa j»t)r((ue se funda en el respelo [ala Libertad y úIon
■'''‘‘^i'os individuales.
ÍV
j
iu:í, su; 10 xi\.
La Paudera de la Democracia i‘,> el [írograma de la civiliza-
ción moderna. Eüs la ardiente aspii’aeioii de las generaciones, íjue
de coiupiisla, en compiisla, de Ih’ogreso en Progreso, marclian
simnllaiieainciile hacia (*] eniiiplelo dominio de la materia,
fine delíe hacer á !;i Íuníianidad .siulora del niuíulf); \ hacia
la realización de un idiail de ¡uslicia, de amor y libertad; ri-
sueña esperanza (¡ue !í(ís sonríe en ('i luírizonle, brillando
al travos debes (msangreniadas nubes (¡ue ims rodean.
Por eso en el glorioso estaiidai'Ic di' la Libertad y el Íh’o-
greso, ipie la Deinoeracia Iríonola, ha escrito esas tres má-
gicas palabras rpie reasumen el dogma de la poliliea de la
Y de.senvülviemlo cu su
ijue encierra la Conslilucion
nado de la juslicui.
veladures, soñada por los
la Democrácia
esta misten O.SI Ir
di‘l orden social mievo; del rei
a los hombres por lodos los re
])oelasy entrevista por
derechos Dlí LIBRE E'XÁMEN Y DE
DE
Libertad do cultos, de icnseiianza, de imprenta, de rea
Ilion de asociación, de industria y de cumcicio.
INTERVENCION DIRECTA EN LA
Sufra "‘io universal, sanción de las Leyes por el Ibiebío
:.E'
r/u
S ir.UALES
del Jurado; deror.lio de lilire del'en.-ia.
derecho a la CONSERVACION DE LA VIDA.
la asistencia, á la insiruccioii, al tríd)ajo y á
La Democrácia cree, y es
■ e! eslaidecimii
virón
principios .
c
."'ra (|ue la aplicación de estos
las instituciones que son su
L^aí *
LA PAZ PERPETUA:
1, moral v malerial dri llomhre, de lasi|im
r' H ;:sin'rie, \ mía no inlerrnm|.ida smie
resullara la le ' , g | , pn-receimiannenlus lales. (|iie, rom-
deprufírooN - g Cades Intsla mieslres dias, |mdraii
parados reo •' g, g,'' , Uamraocia verdadera.
'■""t™”'
' ‘ noe'ilresliiio.s, la Deomeiacia. \aiií;uai-( ia déla II oma-
.1 e ;■ míe -la a omerle a Inde,- les ,,nv ,l.■frms, m re-
:í"‘pna ío'iooe-., > .-<¡sleo,as mm sirven de
.1 , I í (' anaear su
=38
destruirá eu el terreno de lu>
con
:*\ J- Tí
iiios t'inaii
rsíeia de la discusión, ios
hechos.
La Deinocrácia. que auc
cipando al siervo; que deslruvó las inquisiciones y conven-
tos que como losa sepulcral pesaban sobre la inteligencia;
que relegó á la historíalos regidores perpiduos, que en Pue-
blos V Ciudades perpeluaban la lalta de policía y de or-
nato publico; y que abriendo las puertas al derecho dio pa.so
franco á todas las carreras, monopolizadas anles por los pre-
tendidos nobles: que j)oniéndüse frente á frente de los re-
ves, (pie se suponían ser de divina procedencia, represen-
tan les de Dios en la tierra, les obligó á doblar ante el Pue-
blo la rodilla, yjes , despojó de la divina inveslidura, hacién-
doles abdicar su* cclcsle soberanía, ante la humana Sobe-
ranía del Pueiilo, continuando su obra de regeneración, la
Democrácia; pide boy para mejorar la adminislraciou pú -
blica;
La abolición de las quintas;
De las matriculas de mar;
De las c
Del pa
» I
)el sellado;
* 1 f
iíií
Del estanco de la sal } del tabaco;
De las .Vduanas y registros en el interior;
De la centralización;
fie los fueros y tribunales
D(‘ los estados di' sitio;
Del actual sis lema de j)ro(‘edi mientas judiciales;
De la jietia de muerte.
¿Cornil la Democracia, que reclama la rlestniccion de to-
dos ios aliusos , la a¡>licacion de todos los princijiios útiles al
Pueblo, puede dejar de triunfar a[)e.sar de los ilesesperados
esfuerzos de sus enemigos?
La Democi'ácia no es un jiarlido
hombres qm' tiene por objeto niejoi’ar su condición, indepen-
dien! emente di' la sueiie de los demás. La Deinocracia [es la
espresion de la idea generadora del Progi'(‘so, (pie se realiza
y se desenvuelve eu el espacio y en el licnifio.
Luchar conlra ella, es luchar eonlra. <
no es una reunión d(
lie aqui i)or lo (pti‘ . ni la ciencia, ni la fuerza desús ad-
versarios , ni la inerte ignorancia de las masas, ni las Iraicio-
nes o torpezas de sus dcíensores han podido ni poiirán ma-
tarla. Ella reaparece mas vigojvisa y mas liiertií Iras cada
derrota, renaciendü como el íenix. de siiscimizas.
Vencida y muerta, espanta á los ngyes veiicmlores, que ro -
deados de soldados y de cañones, tiemhian sobre sus Irono.s
cuando escuchan su" nombre.
¿Quien , sino el miedo á la Democracia, \(uirida y rlesar-
mada , ha llevado a Erimea la guerra de los déspotas, que
39
,e temen menos unos a otros, que todos juntos, á la idea De
inocriilica?
inocrauca." . „
>íapoleon I ha diebo que la Europa sena cosaca ó Re-
publieaiia a mediados del siglo, la solución no puede ha-
cerse esperar mucho tiempo.
LdL lucha empezada cu Orlente por los Oobiernos despo-
[\cos V aristocráticos de las Naciones Occidentales, es el pn^-
Uidio dee.sa lucha gigantesca que sera la última, porque li-
brando á las Naciones (idos reyes y de sus ejércitos, las emau-
ciparí'i de una vez para siempre del régimen bárbaro, tendal,
democrático v militar que. las aplasta. . , ,
El Iriunfo de la Democracia es infalible; pero si la clase
media (luc no piensa mas que en enriquecerse, comprendien-
do su’ misión su deber v sus intereses, abandona un solo
instante, sus negocios y especulaciones del moinenlo, y se lam
á la lucha, poniendo en el platillo de la Lihcitad 1
creso su ri(|ue/.a, su saber y su inlluencia , eiilonces la ba-
lanza caerá inslanláncamciile del lado do la Re\olucion . j a
lucha sangrienla y terrible, cu que esa inisina clase nu día
sufrirá mas que ninguna otra, no mcreccia o nonntr A .
cha- será un Iriunl'o sin sangre; sera la ápoleosi-s di la jiLli
cia ’ de la razón v del derecho, los ejércitos del despotismo,
sns cañones y cindadelas, se desvanecerán en
La clase mciiia es boy arbilra, sino dcl liiiinlü di la i tac
/'tnn ifm ÍHTJíl Pillos llo IcV llichíl.
Éiincipadí por las revolneioues , ilustrada v enriquee,-
q,íe ha nacido. La época de las eonlcmplac.ones y de los te.-
'“'To,''S?.nS rSddentó I»™
puede aceptarla aunque qiin.ia. ¿ siiiiipvii i i l i Fraii-
Lrque la derrota decisiva de los '‘d" . 'd , .
alu^mria en sns brazos al t)so del ; ' , y‘ ; yd’ue ’
en ^arsovia j; en San INdiushiirgo. Po s
ilí* *1 l'i fiieslion de Oriíuile, si I*' bu < < *
á no ser que se suponga h la.s
ni a la Libíauu . ¿d po-
d,.4 ,1. la Inslai™ «.''y Í, , ^
V; el duslria nrM uIri.!; U. .Eli-
fMiel en J.i.sboa, \ en todas parles .soldados j liaiie. , j gii
40
ilias ¡iiii)ni¡alo.N v roales, oompiieslas ilo cosacos- ijue sa(iuccn
V esclavicen á los'Puelilos, valiugiion la opmion publica oiicual-
áuier parle (lue se alrcva á manilestarsc. l'ero, ¿es oslo po-
sible? /.Llegaría la ceguedad y el ciroisino de la cjase inedia
hasta el punto de preferir esta solución, de la cual seria ella
!a primera víctima, á correrlas eventualidades de una Re-
volución que la libraría, de una vez para siempre, de los ince
sanies T)elifcros con que la reacción coiiipromelc su victoria
desde hace medio siííÍo? .No lo creemos. La clase media es la
(pie perderá mas con el Iriiinfode la reacción, porque es la
( ue mas liene: en lanío (]ue. por la inisma razón, sera laque
síuiue mas ventajas de la Revolución Demoerálica Universal,
como las ha sacado de todas las Revoluciones Nacionales ve-
rificadas liasla ahora.
Tara, concluir, diníinos, ípie la reacción es la muérle; la
Revolución la vida. La causa de los leyos, es la causa de las
tinieblas y déla ignorancia. La causa del Pneblo, csiacatísa
de Dios.
LA REPCIILICA DEMOCllATICA. FEDERAL Y
VERSAL, es la solución del doble i)rol)lema político y social,
(]ue ui.ie.slros Padres plantea ron.
No leííuemos á nuestros hijos, un problema por re.^olver.
I '
«
>
1
>
i
f